Cada año has hecho tu lista de propósitos y deseos. ¿Cuántos has traído a esta realidad? ¿Cuántos dejaste de tener presente porque cada vez los ves más lejos? Y, realmente no ha sido tu culpa. Por mucho tiempo nos han dicho que si deseamos algo con mucha fuerza, ese deseo se convierte en realidad… y es ¡mentira! Así que hemos gastado demasiada energía mental en tratar de incluir a nuestra vida cosas que no han sucedido.